El versículo 1 está citado en Mateo 2:15 con motivo del viaje de Jesús, cuando niño, a Egipto. Como Israel había fallado por completo, Dios le sustituye por su Hijo (comp. Isaías 49:3). Él volverá a empezar la historia del pueblo y esta vez enteramente para la gloria de Dios.
Después de haber designado misteriosamente a Aquel que cumplirá sus pensamientos de gracia y salvación, Dios puede dejar que su corazón hable libremente. El castigo que se vio obligado a ejecutar fue todavía más doloroso para él mismo que para el pueblo. Su compasión de Padre lo conmovieron para con su hijo rebelde. Recuerda cómo había enseñado a caminar a Efraín, tomándole de los brazos y dándole de comer (v. 3-4). Lo había liberado de su esclavitud y unido a sí mismo, pero con vínculos de amor. Cuán triste es ver a Efraín inconsciente de su ruina moral (cap. 7:9) y, a la vez, de los cuidados del amor divino: “No conoció que yo le cuidaba” (v. 3).
Amigo, si usted se ha alejado del Señor, sepa que durante todo ese tiempo él se preocupa por restaurarle. La misericordia del Señor responde a su desgracia. ¿No le conmueve? Déjese atraer, déjese traer de vuelta por las cuerdas de Su amor.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"