Los perfumes del santuario
Éxodo 30:22-38
En el verdadero culto conviene ofrecer a Dios –con un fuego puro– un incienso limpio y santo, es decir, presentarle, por el Espíritu, la excelencia de la persona de Cristo. Al final del capítulo 30 del Éxodo, que trata del altar de oro y de la fuente de bronce, se mencionan el aceite de la santa unión y el incienso aromático (v. 22-38).
¿Dónde encontrarlo? ¿Qué significan estos perfumes?
Cantar de los Cantares 3:1-11
No nos extrañemos si tenemos dificultad para hallar la presencia del Señor en nuestra cama o, al contrario, en la algarabía de la ciudad.