Artículo sobre la palabra clave: Mesa del Señor

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La Iglesia

La Iglesia

Las páginas que siguen tienen por objeto recordar las enseñanzas de las Sagradas Escrituras acerca del importante asunto de la Iglesia o Asamblea del Dios viviente (1 Timoteo 3:15). El estado actual del mundo cristianizado no es precisamente el mismo que el del tiempo en que el Señor ponía de nuevo en luz, por medio de servidores calificados, muchas verdades olvidadas. Estas verdades han sido difundidas quizá mucho más de lo que ellos pudieron sospechar. Pero el enemigo las ha mezclado artificiosamente con innumerables y perniciosos errores, por lo cual no es siempre fácil separar lo que se halla fundado en la Palabra de Dios de lo que es inaceptable para todo aquel que desee obedecer a la Palabra.

La Iglesia del Dios viviente n°3

La Iglesia del Dios viviente n°3

El partimiento del pan y la adoración

La asamblea original formada en Jerusalén perseveraba “en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42). Aparte de la comunión, la cual tiene que ver con todas las reuniones y a la vida entera de los creyentes, tenemos aquí tres características especiales que distinguieron la vida de la asamblea de estos santos: la enseñanza, el partimiento del pan y la oración.

La mesa del Señor

La mesa del Señor

En cierto sentido, la «cena del Señor» y la «mesa del Señor» expresan la misma idea; en otro sentido, reflejan un concepto totalmente distinto. A la primera se une la responsabilidad personal e individual; la segunda evoca una responsabilidad colectiva, la cual, naturalmente, recae sobre cada miembro de la colectividad, en la medida del conocimiento que tiene de la verdad. Lo que importa aquí es la autoridad del Señor y sus derechos sobre su Mesa y su Asamblea. De allí proviene la diferencia fundamental y esencial que caracteriza la enseñanza del apóstol en los capítulos 10 y 11 de la primera epístola a los Corintios.