G. Cutting

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La venida del Señor

La venida del Señor

Hoy más que nunca el Señor Jesucristo está a punto de volver, su regreso es inminente. Muchas personas están preocupadas, persuadidas de que algo grave debe acontecer pronto. Pero los burladores y escarnecedores de los últimos tiempos repiten: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento (venida)? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:4). Y el siervo malo dice: “Mi Señor tarda en venir” (Mateo 24:48); sin embargo, cierto es que “el que ha de venir vendrá, y no tardará” (Hebreos 10:37). “Por tanto… vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mateo 24:44). Estamos seguros de que existe, entre los que son del Señor, una creciente convicción –basada en la Palabra de Dios– de que Cristo volverá pronto para arrebatar a su querida Esposa, es decir, para llevarse a todas las personas redimidas por su preciosa sangre e introducirlas en la “casa del Padre”, donde hay muchas moradas.

Seguridad, certeza y gozo de la salvación

Seguridad, certeza y gozo de la salvación

«¿En qué clase viaja usted?». He aquí una pregunta que a menudo se oía antes en las estaciones de ferrocarril. Permítame que le haga la misma pregunta porque, considerándolo bien, usted también está viajando de este mundo a la eternidad, y en cualquier momento puede llegar al final. Permítame, repito, que con el mayor interés le pregunte: «¿En qué clase va viajando?». No hay sino tres clases, y le explicaré cuáles son, para que se pruebe a conciencia, como si estuviera en la presencia de Dios, “a quien tenemos que dar cuenta” (Hebreos 4:13).