Una bendición abundante – ¡Oprimido!

Salmos 128 – Salmos 129

“Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová… bienaventurado serás, y te irá bien” (Salmo 128:1-2). El hombre quisiera invertir las cosas. Se imagina que consigue la felicidad al mejorar sus condiciones materiales. Pero su miseria es primeramente de orden moral. El hombre es desdichado porque es pecador. Debe empezar por volverse hacia Dios para  temerle y andar en sus caminos (v. 1). Entonces verá la bendición extenderse sobre todo lo que le concierne: “La piedad para todo aprovecha” (1 Timoteo 4:8). «Esto no significa –escribió un creyente– que tendremos una prosperidad que consista en satisfacer nuestras codicias, sino el apacible gozo del favor divino aquí abajo» (ver Salmo 37:4).

Salmo 129. Desde “su juventud” en Egipto, Israel sufrió una dura opresión, pero nada igualará la que será su parte bajo el yugo del Anticristo. Al tomar forma de siervo, Cristo se identificó de antemano con los sufrimientos de su pueblo (comp. v. 3; Mateo 27:26).

Pero Jehová es justo (v. 4). Los malos serán arrancados (v. 6); no formarán parte de las gavillas juntadas con regocijo por el gran Segador (v. 7; Salmo 126:5-6); no tendrán parte alguna en la bendición del Reinado (v. 8).

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"