Este cántico de Asaf viene a continuación de su experiencia del Salmo 73. No solo dejó de envidiar a los arrogantes y los impíos sino que, al conocer el terrible fin que les aguarda (Salmo 73:17), les advierte de parte de Dios (v. 4 y sig.). Este servicio nos incumbe también: recordar a los pecadores la soberanía y la justicia de Dios, sin olvidar su amor.
Proféticamente es Cristo quien habla del momento en que recibirá a la asamblea de Israel (v. 2; Salmo 73:24). Entonces cada uno ocupará el lugar que el Señor le asigne. Muchos que fueron los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros (Marcos 10:31; 1 Samuel 2:7). En este mundo cada uno busca elevarse al tiempo que rebaja a los demás. Nosotros, los creyentes, no olvidemos que el Señor mismo fijó el lugar de nuestro testimonio… como también preparó el que ocuparemos en la casa del Padre.
“Cercano está tu nombre”, declara el fiel en el versículo 1. Y para nosotros es precisamente ese nombre de Padre el que nos garantiza por el momento los más tiernos cuidados, así como una entrada libre y constante cerca de Él (Efesios 2:18).
En otras versiones, los versículos 4, 5 y 10 mencionan la palabra “cuerno”, a menudo empleada en los salmos y por los profetas; es el símbolo del poder y de la dignidad, lo que ha sido traducido por poder y poderío en este salmo.
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"