Caminos y sendas

Salmos 25

Desde el Salmo 16 hasta el 24 nos hemos dedicado especialmente a considerar a Cristo, el Mesías. El Salmo 25 encabeza una nueva serie (la que se extiende hasta el Salmo 39) en la que se trata del “remanente” o resto de Israel y del fiel en general. Este salmo contiene dos notables oraciones: la de los versículos 4 a 7 y la de los versículos 16 a 22. Tomemos especialmente en cuenta para nosotros los ruegos de los versículos 4 y 5: “Muéstrame … tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad” (comp. Salmo 43:3). Para el apóstol Juan había sido un objeto de gran gozo haber visto que los hijos de “la señora elegida” andaban en la verdad (2 Juan 4). Pero ¿cómo andar sin conocer el camino y las sendas? Dios los enseña; y en los versículos 8-10 y 12 se ve cómo el alma progresa en ellos. Sin embargo, se requiere una condición: el temor de Dios. Entonces

La comunión íntima de Jehová es con los que le temen (v. 12, 14)

. Dicho de otro modo, Dios revela sus pensamientos y da a comprender su Palabra solo a los que están dispuestos a someterse a ella. Sin duda, esta es la razón por la cual hay mucha ignorancia en la cristiandad… y a menudo en nuestros propios  espiritus.

Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"