Así como Jeremías llevaba un yugo sobre sus hombros (Jeremías 28:10), aquí Ezequiel es invitado a cargar con “enseres de cautiverio”, lo que tiene el mismo significado. De modo que esos profetas eran verdadera “señal” de lo que Jehová iba a cumplir (v. 11). Hijos de Dios, todo en nuestro comportamiento debería mostrar nuestra obediencia a Dios, nuestro carácter de extranjeros aquí abajo y asimismo nuestra próxima partida… no hacia el cautiverio sino, por el contrario, hacia nuestra patria eterna. Ezequiel es interrogado acerca de su insólita actitud (v. 9), como lo seríamos ciertamente a menudo si fuésemos más fieles. Al temer singularizarnos, hacernos distinguir mediante una firme separación del mundo, perdemos muchas oportunidades de dar testimonio acerca de la esperanza que hay en nosotros (1 Pedro 3:15).
La extraña profecía del versículo 13 se cumplió al pie de la letra. Sedequías, ciego, no pudo ver el país de su cautiverio (comp. Jeremías 39:7).
Los versículos 26 a 28 nos dan a conocer las objeciones de “los de la casa de Israel”. Como no se atreven a negar la profecía que los condena, difieren su cumplimiento a tiempos lejanos.
Hoy también “siervos malos” parecen decirle al Señor: ¡Vuelve lo más tarde posible!
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"