La conversión y el nuevo nacimiento
El capítulo 1 de la primera epístola a los Tesalonicenses presenta una muy hermosa y notable descripción de lo que podemos llamar verdadera conversión. Esperamos que su estudio resulte de interés y de provecho para nuestras almas, pues nos proporciona una respuesta clara y precisa a la pregunta: «La conversión: ¿Qué es?». Este tema no es de poca importancia. En tiempos como los actuales, es bueno tener una respuesta divina a tal pregunta.
La nueva vida del creyente
Del nuevo nacimiento a la gloria
Uno no es salvo por las buenas obras que cumpla: “Dios… nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia” (Tito 3:5). Es también un grave error pensar que es necesario completar de alguna manera la obra de Cristo respecto de nuestros pecados, al cumplir buenas obras que nos acrediten méritos (Efesios 2:9). La Palabra de Dios es muy clara: hemos sido “creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).