Job » Capítulo 9

Version Reina Valera 1960

Cada Día las Escrituras
¿Un Dios despiadado?
Job 9:1-21

Cada Día las Escrituras
La brevedad de la vida
Job 9:22-35

1Respondió Job, y dijo:

2
Ciertamente yo sé que es así;
¿Y cómo se justificará el hombre con Dios? 3
Si quisiere contender con él,
No le podrá responder a una cosa entre mil. 4
Él es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas;
¿Quién se endureció contra él, y le fue bien? 5
Él arranca los montes con su furor,
Y no saben quién los trastornó; 6
Él remueve la tierra de su lugar,
Y hace temblar sus columnas; 7
Él manda al sol, y no sale;
Y sella las estrellas; 8
Él solo extendió los cielos,
Y anda sobre las olas del mar; 9
Él hizo la Osa, el Orión y las Pléyades, 1
Y los lugares secretos del sur; 10
Él hace cosas grandes e incomprensibles,
Y maravillosas, sin número. 11
He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré;
Pasará, y no lo entenderé. 12
He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir?
¿Quién le dirá: Qué haces?13
Dios no volverá atrás su ira,
Y debajo de él se abaten los que ayudan a los soberbios.

14
¿Cuánto menos le responderé yo,
Y hablaré con él palabras escogidas? 15
Aunque fuese yo justo, no respondería;
Antes habría de rogar a mi juez. 16
Si yo le invocara, y él me respondiese,
Aún no creeré que haya escuchado mi voz. 17
Porque me ha quebrantado con tempestad,
Y ha aumentado mis heridas sin causa. 18
No me ha concedido que tome aliento,
Sino que me ha llenado de amarguras. 19
Si habláremos de su potencia, por cierto es fuerte;
Si de juicio, ¿quién me emplazará? 20
Si yo me justificare, me condenaría mi boca;
Si me dijere perfecto, esto me haría inicuo. 21
Si fuese íntegro, no haría caso de mí mismo;
Despreciaría mi vida. 22
Una cosa resta que yo diga:
Al perfecto y al impío él los consume. 23
Si azote mata de repente,
Se ríe del sufrimiento de los inocentes. 24
La tierra es entregada en manos de los impíos,
Y él cubre el rostro de sus jueces.
Si no es él, ¿quién es? ¿Dónde está? 25
Mis días han sido más ligeros que un correo;
Huyeron, y no vieron el bien. 26
Pasaron cual naves veloces;
Como el águila que se arroja sobre la presa. 27
Si yo dijere: Olvidaré mi queja,
Dejaré mi triste semblante, y me esforzaré, 28
Me turban todos mis dolores;
Sé que no me tendrás por inocente. 29
Yo soy impío;
¿Para qué trabajaré en vano? 30
Aunque me lave con aguas de nieve,
Y limpie mis manos con la limpieza misma, 31
Aún me hundirás en el hoyo,
Y mis propios vestidos me abominarán. 32
Porque no es hombre como yo, para que yo le responda,
Y vengamos juntamente a juicio. 33
No hay entre nosotros árbitro
Que ponga su mano sobre nosotros dos. 34
Quite de sobre mí su vara,
Y su terror no me espante. 35
Entonces hablaré, y no le temeré;
Porque en este estado no estoy en mí.
  • 1Job 38.31; Am. 5.8.