¡Regocijaos conmigo!
Romanos 12:15
Las múltiples exhortaciones dirigidas a los cristianos en las epístolas y en los evangelios nos muestran el grado de la intimidad en la comunión que el Señor desea entre los miembros que constituyen su Cuerpo. Quizás una de las más hermosas es la siguiente:
¿Hemos de ayunar bajo la actual dispensación de la gracia?
Mateo 17:21 – Hechos 13:2
Si bien es verdad que el Señor condenó tanto el ayuno judaico como el farisaico, no por esto debemos pensar que no puede haber un ayuno cristiano; al contrario, creo que en el ayuno hay un verdadero beneficio, del cual pocos cristianos conocen su importancia.
La comunión
La oración es la expresión de las necesidades y de los anhelos del alma; la alabanza y la adoración son el reflejo de su plenitud o completa satisfacción. Pero la COMUNIÓN es el compendio de ambas, es mucho más sublime y elevada. La comunión con Él es el mayor privilegio que el Creador puede conceder a su criatura.