En el capítulo 7:1 hemos visto a Rezín, rey de Siria, atacar a Judá con la complicidad de Peka, hijo de Remalías. 2 Reyes 16:5 a 9 completa este relato con su final: la toma de Damasco por Tiglat-pileser y la muerte de Rezín. Sin embargo, la “Profecía sobre Damasco” se refiere al porvenir, lo mismo que los juicios precedentes. Al parecer, la moderna Siria formará parte de esa “multitud de muchos pueblos” (v. 12; Apocalipsis 17:15), la cual, como un mar tumultuoso, tratará de sumergir a Israel… pero, “antes de la mañana”, ya no existirá (Salmo 37:36).
En contraste, el capítulo 18 nos presenta a un país marítimo que extiende su poder protector (la sombra con las alas) para ir en ayuda del pueblo elegido. Así Dios distingue, entre las naciones del mundo, las que son favorables o no a Israel. Y veamos lo que Él piensa de su pobre pueblo terrenal, mientras el mundo lo menosprecia y lo pisotea. A sus ojos, Israel es “temible (o maravilloso, según algunas versiones) desde su principio y después…” ¿No es el pueblo de Aquel que es llamado: “Maravilloso…”? (cap. 9:6, V. M.)
Y nosotros, amigos creyentes, ¿esperamos a Aquel que no solo es nuestro Rey, sino también el Esposo celestial de la Iglesia?
Forma parte del comentario bíblico "Cada Día las Escrituras"