¿Cabe pensar que Judas estaba presente cuando el Señor instituyó la Cena?

Es imposible que Jesucristo dejara profanar, precisamente al instituirlo, el memorial de Sus padecimientos y de Su muerte.

Pero veámoslo en los mismos evangelios: los relatos de Mateo y Marcos nos muestran que Judas había salido cuando se instituyó la Cena del Señor. Basta cotejarlos con el del apóstol Juan: la salida del traidor aconteció entre los versículos 25 y 26 de Mateo 26, y 21-22 de Marcos 14. En el evangelio según Juan la institución de la Cena, que no se menciona por haber sido ya relatada en los sinópticos, ha de colocarse después del versículo 30 del capítulo 13.

Esto resalta mayormente si nos fijamos en que Judas, cuando “hubo tomado el bocado, luego salió...”. Es necesario advertir que se trata únicamente del bocado de pan ázimo de la comida pascual mojado en la salsa de hierbas amargas. (Véase Juan 13:26 y 30; Mateo 26:23 y Marcos 14:20).

Tal vez una breve descripción de lo que constituía la ceremonia pascual nos ayude a comprenderlo mejor:

a) La comida empezaba con una copa del fruto de la vid mezclado con agua: esta sería la primera copa mencionada en Lucas 22:17. Después de esto, los invitados se lavaban las manos; probablemente aquí tuvo lugar el lavado de los pies (Juan 13).

b) Se servían entonces las hierbas amargas, símbolo de la amarga esclavitud en Egipto, juntamente con unas tortas sin levadura y una salsa llamada «Jaroset», hecha de frutas y vinagre, en la cual se mojaban las tortas y las hierbas amargas. Esto explica la expresión “a quien yo diere el pan mojado” (Juan 13:26).

c) A continuación se mezclaba agua en una segunda copa, bendecida como la primera. El padre de familia explicaba entonces el sentido del rito pascual (Éxodo 13:8) y los convidados cantaban la primera parte del «Hallel», o sea, los salmos 118 y 119.

d) Una vez terminado, el cordero pascual era colocado ante los invitados: “Nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros” (1 Corintios 5:7).

e) Había además una tercera copa, la “copa de bendición”, llamada así porque sobre ella se pronunciaba una bendición especial: “De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa” (Lucas 22:20; véase 1 Corintios 11:25; Mateo 26:27; Marcos 14:23).

f) Finalmente, después de una cuarta copa, los invitados cantaban la segunda parte del «Hallel», o sea, los salmos 115 y 117 (véase Mateo 26:30).

Se desprende, con toda claridad, que Judas salió después de lo relatado anteriormente en el párrafo b), y por consiguiente antes de la institución de la Cena.

Solo el relato del evangelista Lucas podría inducirnos a pensar que Judas estaba presente cuando el Señor instituyó la Cena, si dicho evangelista hiciera mención de los hechos según el orden cronológico. Pero este no es el caso. En Lucas el orden es moral, y es el lado moral de las cosas que pone de relieve. Un ejemplo bastará: históricamente el velo del templo se rasgó después de la muerte de Cristo (Mateo 27:50-51; Marcos 15:37-38); moralmente es el resultado de la obra realizada durante las tres horas de tinieblas (Lucas 23:44-46).