La Asamblea verdadera (o Iglesia) se compone de todos los creyentes verdaderos. La Cena del Señor es el patrimonio de la Asamblea desde el comienzo. Donde quiera que los creyentes se reúnan al nombre del Señor, él ha prometido su presencia en medio de ellos.
Sin embargo, como la Escritura limita nuestras asociaciones, el creyente debe sentarse a la Mesa del Señor con aquellos que guardan su Palabra y no niegan su nombre (Apocalipsis 3:8).