2. Tres liberaciones
Romanos
A partir de Romanos 5:12 entramos en una nueva división de la epístola, que se extiende hasta el final del capítulo 8. Aquí ya no se trata de lo que hemos hecho de nuestros pecados y del medio de ser liberados de ellos, sino de lo que somos, de nuestro estado en Adán.

Las dos naturalezas del creyente
Muchos creyentes pasan por grandes angustias porque continuamente están escudriñando sus propios corazones, pensando encontrar en él la evidencia de su conversión a Dios. Se puede que tal persona diga: «Mi problema no es ése; no dudo, ni por un solo instante, que el creyente posea actualmente la vida eterna; pero comparando mi experiencia diaria con otras verdades muy claras de la Palabra de Dios, dudo mucho de que yo haya nacido de nuevo.