Un proceso injusto – ¡Qué brutalidad!
Marcos 15:1-21
Apremiados por la proximidad de la Pascua y en su afán por acabar con ese prisionero que les inspiraba temor, los jefes del pueblo no perdieron un instante. Llevaron a Jesús ante Pilato con las manos atadas, esas manos que habían curado tantas miserias y solo habían hecho el bien.