Salmos » Capítulo 38

Version Reina Valera 1960

Cada Día las Escrituras
Lo que uno experimenta cuando ha pecado
Salmos 38

1Salmo de David, para recordar.
[1] Jehová, no me reprendas en tu furor,
Ni me castigues en tu ira.

2
Porque tus saetas cayeron sobre mí,
Y sobre mí ha descendido tu mano.3
Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira;
Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.

4
Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza;
Como carga pesada se han agravado sobre mí.5
Hieden y supuran mis llagas,
A causa de mi locura.

6
Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando enlutado todo el día. 7
Porque mis lomos están llenos de ardor,
Y nada hay sano en mi carne. 8
Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.9
Señor, delante de ti están todos mis deseos,
Y mi suspiro no te es oculto.

10
Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
Y aun la luz de mis ojos me falta ya. 11
Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga,
Y mis cercanos se han alejado.12
Los que buscan mi vida arman lazos,
Y los que procuran mi mal hablan iniquidades,
Y meditan fraudes todo el día.

13
Mas yo, como si fuera sordo, no oigo;
Y soy como mudo que no abre la boca.

14
Soy, pues, como un hombre que no oye,
Y en cuya boca no hay reprensiones.15
Porque en ti, oh Jehová, he esperado;
Tú responderás, Jehová Dios mío.

16
Dije: No se alegren de mí;
Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí.17
Pero yo estoy a punto de caer,
Y mi dolor está delante de mí continuamente.

18
Por tanto, confesaré mi maldad,
Y me contristaré por mi pecado. 19
Porque mis enemigos están vivos y fuertes,
Y se han aumentado los que me aborrecen sin causa. 20
Los que pagan mal por bien
Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.21
No me desampares, oh Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí.

22
Apresúrate a ayudarme,
Oh Señor, mi salvación.