¿Cuál es la diferencia entre las dos expresiones “reconciliación” y “propiciación”?
En primer lugar, quisiera decir que no es Dios el que tuvo que ser reconciliado, como por desgracia algunos lo enseñan equivocadamente. Cristo ha consumado la obra grande de la reconciliación, y en virtud de esta obra nos llevó a la presencia de Dios como tales que ahora estamos reconciliados con Dios. La reconciliación, pues, es para nosotros.