Cuidado, ¡riesgo de incendio!
Ya en el capítulo 1 de su epístola, Santiago menciona el hablar y la lengua: el hombre deber ser “tardo para hablar” (v. 19); la religión del que “no refrena su lengua” es vana (v. 26). El que escucha quiere conocer o aprender algo, quiere beneficiarse del saber y de la experiencia de otros.
La adoración
Ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios (Hebreos 13:15-16).