El libro divino

Hay un arma poderosa que destruye fortalezas y es antigua, tan antigua que se cuentan sus proezas en mohosos pergaminos que el tiempo no destruyó. Es aguda y penetrante, como espada de dos filos, y llega al alma movida por los invisibles hilos que Dios desde las alturas con su mano dirigió.

Quebranta los corazones más duros y empedernidos, y aunque su origen remonta a los pueblos ya extinguidos aún en tiempos actuales hace la tierra temblar; y todos sus adversarios reciben justo castigo y hace caer confundido al más cruel enemigo con su fuerza y su potencia imposible de luchar.

Y esta arma tan potente es la Palabra divina que el Señor Dios dejó escrita y a los suyos encamina para luchar en el mundo contra el vicio y la maldad; y es espada a los creyentes y luz potente que guía a los hombres que vegetan en tinieblas todavía como faro rutilante en un mar en tempestad.

Es agua fresca que apaga la sed a los caminantes, es un bálsamo que cura las heridas lacerantes, es una voz firme y clara que desde el cielo bajó; puesta en la pluma sincera de leales mensajeros ora es indulto clemente que liberta prisioneros, ora trueno retumbante que al Sinaí resonó.

Es silbo apacible y suave que resuena en los oídos como canción armoniosa, a los tristes y afligidos es oasis confortante en árido secadal; es voz que invita, potente, en la lucha a sus soldados, alerta a los centinelas que mantiene desvelados en la noche tenebrosa en que anda suelto el mal.

Ha sufrido mil ataques de sus enemigos fieros, largos años fue encerrada entre paredes, y encierros de cárceles tenebrosas que el odio la sepultó; mas la Palabra Divina no puede estar nunca presa, pues quebranta los grilletes, y siempre ha salido Ilesa, ya llevar las Buenas Nuevas, a todas partes llegó.

Hoy que libre y triunfante resuena en toda la tierra, en palacios y cabañas, en la paz como en la guerra. Levantad en vuestras manos, este Libro sin igual, y en el mar como en la tierra, en lugares, apartados anunciemos a los tristes, los pobres y afligidos la salud que Cristo ofrece en su Libro sin igual.