La imprenta y la Biblia

Johannes Gensfleisch, más conocido como Gutenberg, nació en el año 1397, en Mainz (Maguncia), Alemania. En 1444 estuvo en Estrasburgo investigando sobre el sistema de imprenta con caracteres móviles. En 1448 volvió a Maguncia e hizo unos últimos arreglos. A principios de 1450 se asoció con Johann Fust, quien le hizo un importante préstamo; así, con varios colaboradores, emprendió ese colosal trabajo de la elaboración e impresión de la Biblia en latín. Hasta entonces la Biblia solo existía en forma de manuscrito. El texto era reproducido con notable exactitud por copistas. Además, la letra inicial de cada capítulo era decorada y adornada por un rubricista. La copia de una sola página tomaba más de un día. Durante más de un milenio, estos hombres transcribieron fielmente los textos sagrados. La copia manuscrita era, pues, un procedimiento muy lento y excesivamente costoso. Solo los ricos podían adquirir los manuscritos bíblicos. La mayoría de esos escritos estaba en latín o en griego. Así las Sagradas Escrituras solo eran accesibles a algunos privilegiados.

Desde el año 1360, Francia y España producían juegos de cartas. Los motivos eran grabados en tablas de madera. Luego este medio fue utilizado para reproducir las escenas bíblicas. Fue así como, en el año 1445, apareció la «Biblia de los pobres», de 40 páginas, con escenas bíblicas. La «xilografía» permitía imprimir un número de ejemplares limitado, pero con dos inconvenientes: cada página era de un solo bloque, y un simple error la dejaba inservible; la aspereza de la madera interfería en la calidad.

Gutenberg tuvo la idea de sustituir la madera por el metal; fabricó moldes de madera de todas las letras del alfabeto y luego rellenó los moldes. Descubrió la aleación ideal, fácil para trabajar, que presenta una buena resistencia a la deformación. Esta aleación de plomo, antimonio y estaño sería el material tipográfico por excelencia durante más de 500 años. Gutenberg y su equipo debieron preparar 48.000 caracteres de imprenta y limarlos para eliminar las rebabas. Reunieron el material adecuado, incluida una nueva prensa accionada por una palanca. Este tipo de prensa fue utilizado durante cuatro siglos. Fust le prestó 1.500 ducados (aproximadamente 150.000 dólares) que sirvieron para comprar el pergamino (piel de ternero) y el papel. Un nuevo préstamo cubriría los salarios y el mantenimiento de sus colaboradores. En enero de 1452, después de dos años de trabajos preparatorios, Gutenberg pudo lanzar su producción. Para componer una página se necesitaban 12 horas, y la tirada de 10 copias duraba una hora. Gutenberg fue así el primero en imprimir la Biblia. En otoño de 1454, la Biblia llamada «de 42 líneas» o «Biblia de Gutenberg» salió de la imprenta. Compuesta por dos tomos infolio de 1286 páginas, fueron tirados 185 ejemplares, 35 en vitela y 150 en papel. De estos subsisten 49 volúmenes, más o menos completos. Uno de ellos, en papel, se halla en la fundación Bodmer, en Cologny (Ginebra, Suiza). La versión utilizada fue la «Vulgata», que serviría de referencia a numerosas traducciones de la Biblia a idiomas europeos. La imprenta se expandió rápidamente en Europa. A partir de 1550, el precio de una Biblia llegó a ser más accesible a todos los que deseaban adquirirla.

La Biblia hoy

En un mundo donde todo cambia, la Biblia no ha cambiado. Su contenido nos ha sido transmitido fielmente y permanece inmutable. Una prueba de ello fue el descubrimiento de los manuscritos bíblicos en Qumrân, cerca del mar Muerto, en el año 1947. Enterrados en grutas durante unos 19 siglos, estos textos son semejantes a los utilizados por los traductores de las versiones actuales. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Mediante la Biblia Dios se dirige a todos los hombres y mujeres, sin distinción. Cada año se venden y se distribuyen gratuitamente millones de ejemplares. En 2021, la Biblia completa estaba disponible en 717 idiomas. Su traducción parcial o completa existía en 3495 idiomas o dialectos, de los 7378 conocidos. Hoy la Palabra de Dios está al alcance de la mayoría de la población mundial.

LA BIBLIA  es el maravilloso libro que ha convencido a multitudes en el transcurso de las generaciones.

LA BIBLIA  es el libro que ha influenciado profundamente la vida de numerosos pueblos.

LA BIBLIA  es el libro más traducido, más impreso, más leído (el best seller absoluto).

LA BIBLIA  es la Palabra de Dios, y por medio de ella Dios habla a toda la humanidad.

Dios puso su Palabra a nuestra disposición; somos responsables de conocerla. ¡Leámosla! “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:16-18). El Señor Jesús también dijo: “El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). Si este mensaje nos habla de juicio, también nos habla de amor, de perdón, de salvación, de vida eterna. Nos presenta especialmente a una persona, Jesucristo, quien dio su vida para la salvación de la humanidad culpable. Esta salvación está ligada a una única condición: CREER EN ÉL.

LA BIBLIA     No la menosprecie     ella lo condenará

Léala     ella lo iluminará

Escúchela     ella lo guiará

Créala     ella lo salvará

Dios ha hablado y nos habla aún hoy por medio de la Biblia. Bajo la inspiración divina, durante más de 15 siglos, alrededor de cuarenta autores participaron en su redacción. ¡Leámosla! Su mensaje sigue siendo actual. Ella nos presenta a Jesucristo, quien murió por nuestros pecados y resucitó, único medio de salvación para obtener la paz con Dios y la vida eterna.

“TU PALABRA ES VERDAD” (Juan 17:17)

Más información sobre la invención de la imprenta:
www.ouimercigutenberg-tutoriel.com/quienes-somos